José y los sueños del Señor
Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Génesis 37:6-7
José era un jóven lleno del Espiritu de Dios, el de vez en vez tenía sueños, Dios le dió dos sueños en los cuales sus hermanos reconocian la bendición de José, en los postreros días dice el Señor: derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos profetizarán, soñarán sueños y tendrán visiones. Por ello José era un jóven lleno del Espíritu del Señor; José fue vendido por sus hermanos, ellos tuvieron envidia de los sueños que soñaba, ellos no pudieron distinguir entre la forma en que José les contaba sueños y la forma en que el Espíritu estaba hablando, ¿por que?, por que su corazón estaba endurecido contra Dios y contra José, ellos no podían escuchar un mensaje de parte de Dios por que sus oidos y ojos estaban cubiertos por un velo, José tenía que buscar la manera de comunicar estos sueños deacuerdo a la voluntad de Dios, algo que tampoco paso, José se delanto y conto los sueños antes de tiempo.
Pero ¿que nos enseña esta historia?, nos enseña dos cosas, la primera es que, si nuestro corazón esta endurecido contra el Señor nos recibiremos la promesa de que Dios derramará de su Espiritu y soñaremos sueños, la segunda es que si no estamos alineados con Dios en su perfecta voluntad tampoco recibiremos de este derramamiento del Espíritu, Dios anhela derramar de su Espíritu, y anhela darlo a los que lo desean pero más aún desea darnos sueños como José, pero nuestro papel es tener un corazón sensible a Dios y mantenernos en su perfecta voluntad, ambas cosas fueron pasadas por alto en la historia de José y sus hemanos, si cultivamos un corazón sensible al Corazón de Dios y nos mantemos girando dentro de su perfecta voluntad, recibiremos esta promesa de parte de Dios y el derramamiento de su Espíritu vendrá y hara morada con nosotros.
José era un jóven lleno del Espiritu de Dios, el de vez en vez tenía sueños, Dios le dió dos sueños en los cuales sus hermanos reconocian la bendición de José, en los postreros días dice el Señor: derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos profetizarán, soñarán sueños y tendrán visiones. Por ello José era un jóven lleno del Espíritu del Señor; José fue vendido por sus hermanos, ellos tuvieron envidia de los sueños que soñaba, ellos no pudieron distinguir entre la forma en que José les contaba sueños y la forma en que el Espíritu estaba hablando, ¿por que?, por que su corazón estaba endurecido contra Dios y contra José, ellos no podían escuchar un mensaje de parte de Dios por que sus oidos y ojos estaban cubiertos por un velo, José tenía que buscar la manera de comunicar estos sueños deacuerdo a la voluntad de Dios, algo que tampoco paso, José se delanto y conto los sueños antes de tiempo.
Pero ¿que nos enseña esta historia?, nos enseña dos cosas, la primera es que, si nuestro corazón esta endurecido contra el Señor nos recibiremos la promesa de que Dios derramará de su Espiritu y soñaremos sueños, la segunda es que si no estamos alineados con Dios en su perfecta voluntad tampoco recibiremos de este derramamiento del Espíritu, Dios anhela derramar de su Espíritu, y anhela darlo a los que lo desean pero más aún desea darnos sueños como José, pero nuestro papel es tener un corazón sensible a Dios y mantenernos en su perfecta voluntad, ambas cosas fueron pasadas por alto en la historia de José y sus hemanos, si cultivamos un corazón sensible al Corazón de Dios y nos mantemos girando dentro de su perfecta voluntad, recibiremos esta promesa de parte de Dios y el derramamiento de su Espíritu vendrá y hara morada con nosotros.